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Santa Liduina de Schiedam de H. Meuffels. Consideraciones Finales.



CONSIDERACIONES FINALES.

La cristiandad,  a la lectura de la vida de  Liduina de Schiedam como tan bien lo hacen Thomas a Kempis Joris Karl Huysmans y H.Meuffels puede alegrarse del ejemplo de un tal personaje. Dan la prueba de la teoría cristiana sobre la redención y del interés de lo divino para con la humanidad. Pero para un profano no deja de ser perturbador, y más de una vez me quedé  estupefacto. Aunque reconociendo todo el valor del hecho histórico, al igual que podemos reconocer tales valores en las vidas de otros santos, no podía aceptar el maniqueísmo de la situación, como la monstruosidad del sacrificio de una persona quién  hubiera podido ser una pariente cercana, o por lo menos con quién hubiera tratado de muy cerca. Si no fuera porque tengo motivos suficientes para pensar que esta posibilidad es la explicación de mis experiencias con lo sobrenatural, nunca me hubiera interesado por la Santa de Schiedam. Esta evidencia desafió mi inteligencia de hombre moderno y me obligó a investigar tanto a Liduina como a Dios mismo. Esta investigación tardó más de dos años. Aquí presento mis conclusiones respecto a las razones por las cuales Liduina se vio obligada a sufrir tanto para la redención de la especie humana. Lejos de mí la voluntad de tener razón, más aún, quisiera no tenerla, quisiera equivocarme; pero me temo lo contrario de igual manera sumamos 1+1=2, o 1y1=2 cuando en realidad son 11 pero también son 2 según como utilizamos el espejo de nuestra mente.
Por supuesto Liduina ha aceptado esta misión, aunque le costó en un principio. Comprendo perfectamente el papel de Jean Pot, y personalmente, poniéndome en su lugar hubiera hecho lo mismo. En los años 1400, no había otra interpretación posible. El hecho fue que funcionó. Liduina se tiró al campo de batalla con una Fe demoledora, sobrepasó lo imposible, desarrolló poderes sobrenaturales y de sobrevivencia. Como bien lo subraya Huysmans, esta criatura hubiera tenido que morir mil veces, pero vivió. 
A parte de la problemática “humana” de Liduina, también llaman la atención las manifestaciones sobrenaturales;  dejaremos de lado la 
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repetición del “milagro de los panes”, dudosa por forma, para concentrarnos en algunas de ellas verdaderamente asombrosas. Y dentro de estas, la que más retiene mi análisis es la presencia y manifestación del ángel de la guarda de Liduina. Aquí no me valen los poderes de la mente. La única salida coherente es admitir la presencia de un agente exterior a lo humano. Bien sabemos que esta teoría no es descabellada con toda la información que tenemos actualmente en el año 2015 sobre la existencia de entes “paranormales”, como de extraterrestres. Y tenemos que admitir que esta presencia angelical en el caso de Liduina abogaba en el sentido del mensaje cristiano,  más aún cuando esta misma presencia llevaba al alma de Liduina, o mejor dicho a su espíritu, a rincones lejanos, le hacía contemplar el Paraíso como el Infierno, donde nuestra querida Liduina se encontraba con las almas de difuntos conocidos. ¿A qué jugaba este ángel? ¿A engañarla? Si, en cierto modo la engañaba, pero para una noble causa. Si le hubiera enseñado la realidad sin la parafernalia cristiana, Liduina hubiera enloquecido. Reconociendo este hecho como el más coherente, me vinieron dos preguntas. 
Primero: ¿Qué necesidad hay del sufrimiento humano? 
Segundo: ¿Por qué tenía que sufrir más y más Liduina para salvar almas humanas en perdición? 
Esta 1ª pregunta viene ligada a una realidad, el mal.  El mal tiene una definición metafísica que en primera instancia rechacé, prefiriendo  encontrarlo en la naturaleza nuestra y desde una perspectiva científica. 
En la naturaleza nuestra el mal viene de la necesidad de matar para alimentarse en general, pero sobre todo para alimentarnos, nosotros los humanos, generando a posteriori la agresividad entre nosotros, a parte que esta agresividad también la hemos desarrollado cuando hemos tenido que defendernos de las fieras. Hoy en día tomamos nuestra revancha sobre el mundo animal asesinando a mansalva, pollos, cerdos, vacunos, peces, etc… sin el menor sentimiento de culpabilidad, como si no tuviéramos consciencia del tema, cuando pudiéramos perfectamente vivir siendo vegetarianos. 
El mal desde una perspectiva científica tiene otro enfoque. Tenemos que buscarlo en eventos naturales o manifestaciones de la física fuera de 
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nuestro alcance, o sea, que no podemos controlar. Nos vienen palabras como: caos, desequilibrios, choques energéticos, cambios bruscos en la naturaleza terráquea; y más allá de nosotros, nacimientos y muertes de estrellas. Si volvemos a nuestro mundo, y a consecuencia de lo anterior, nuestra propia muerte que no somos capaces de asumir salvo a través de interpretaciones religiosas. Si profundizamos el tema, el mal resulta de un choque, de un encontronazo violento entre fuerzas opuestas o incompatibles. Ejemplos: si juntamos un hilo positivo con un negativo producimos corriente eléctrica, y si no controlamos este choque, nos cegamos o nos quemamos. Si nos tragamos un vaso de leche y en seguida nos tragamos un zumo de naranja nos dolerá el estómago. O sea que a nuestro nivel podemos controlar el mal desde un punto de vista científico. Pero fuera de nuestro nivel humano estamos en la imposibilidad de controlar las fuerzas  opuestas, tanto terráqueas como estelares. Es decir que el caos, los desequilibrios estelares son para nosotros como espada de Damocles. El principal desequilibro del cual sufrimos nos viene de la estructura misma de nuestro universo. 
La matemática del equilibro es perfecta, harmoniosa. El equilibro está presente en las dos fuerzas opuestas, la positiva como la negativa. Si se  aproximan, se juntan, producen chispas, se quema algo, algo muere aunque renacerá por otro lado. 
Veamos a la estructura de nuestro universo. Está polarizado, moviéndose por la gravedad y el electromagnetismo, manteniéndose en equilibro por medio de un colapso perpetuo en un punto central, o singularidad, o Big-Bang, o mejor dicho, un agujero negro que garantiza muertes y renacimientos perpetuos del universo. Esta bipolaridad presupone que este universo es doble, uno positivo y otro negativo, en movimiento uno en contra del otro, fundiéndose en el centro del sistema doble. Para figurarlo imaginad dos donuts uno encima de otro. La figura geométrica exacta es el toroide doble tridimensional moviéndose bajo el efecto Coriolis. Nuestra galaxia está en una parte de uno de los dos universos. Según se acerca al otro universo, de energía opuesta, sufrirá de desequilibrio y finalmente de destrucción y renacerá, guapa y  hermosa. Eso se llama Final de los tiempos. De allí no salimos, sino como angelitos.
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De toda manera, el movimiento del doble toroide siendo continuo,  garantiza que el Big-Bang es continuo, del cual renaceremos, y esperemos que menos tontos. Pero antes de vivir este Final de los tiempos, tenemos que asumir otra realidad parecida, o sea que el principio de la bipolaridad está no solamente presente en la misma Vía Láctea que tiene en su centro su propio agujero negro, sin que conozcamos sus consecuencias, (por ahora), pero también en nuestro mismo planeta. Es decir que alrededor de la Tierra, las dos energías opuestas se entrelazan continuamente, afectando a nuestra psique, provocando intercambios ciertamente ricos en conocimientos, pero también según nuestra conciencia particular o colectiva, disturbios más o menos mayores. Es decir que el mal es en primer lugar la consecuencia de un efecto únicamente físico, afectando al cerebro y a la psique. Si afecta a la Conciencia misma, o sea al alma, principio energético primordial, no lo sabemos a ciencia cierta aunque todas las tradiciones metafísicas lo aseguran, y por este hecho podemos temernos que sí, la afectan. Aunque estamos de acuerdo con este último, por intuición propia, no vamos entrar en este debate. Lo importante, desde nuestro estudio, es que en primer lugar, afecta a la psique.
Esperemos haber contestado de una manera clara y concisa a la primera pregunta. Buscando en Internet a doble toroide tridimensional y a Nassim Haramein encontraréis parte de las informaciones. Los impetuosos pueden ir a créationtrinitaire.com, para comprender la formación del universo. Está en francés, no se encuentra en español. Además recomendamos leerlo todo, y también la letra pequeña por un detalle que no viene dibujado pero que lo hace visualizar perfectamente, o sea el principio de las dos energías opuestas formando el doble tetraedro entrelazado, o sea en plano, la estrella de David.
Bien, ahora pasemos a la segunda pregunta, que nos hace entrar en la metafísica. Aquí nuestro lenguaje es bastante diferente al anterior, no se asusten, ya verán como al final encajan perfectamente. No obstante vamos a reestablecer unas cuantas definiciones. 
Dios = Conciencia Primordial (C.P.) + Anti Conciencia Primordial (A.C.P.)= Fuerza positiva + Fuerza Negativa. 
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Mal Absoluto = Anti Conciencia Primordial plasmándose en conciencias humanas, y revelándose autónoma de cara a la misma Conciencia Primordial. De cara a nosotros mismos los humanos, la llamamos, anti conciencia primordial (a.c.p.), o más comunalmente, el Mal.                     
 “Liduina, como tantos personajes de la hagiografía cristiana asume el rol de absceso de fijación de la malignidad humana, que la ira divina lleva a la incandescencia del dolor. La imagen de los platos y del fiel de una balanza que se inclinan unas veces del lado del Bien y otras veces del lado del Mal, vuelve en repetidas ocasiones en “Santa Liduina de Schiedam”. Es como la aplicación de una aritmética, de una física o de una organización de lo sobrenatural.” CL Combet, prefacio para Santa Liduina de Schiedam por J.K: Huysmans. 
Entre los siglos 14 y 15, Europa está que arde: Reyezuelos ambiciosos, una Iglesia hasta con 3 Papas, combatiendo al mismo tiempo locos enrabiados que anuncian la Reforma, los pueblos escarmentados entre guerras, hambrunas, la peste negra, etc. Es entonces cuando surge en la Historia humana un principio de orden divino que la Iglesia controla a duras penas, pero que recupera casi siempre en su beneficio. En efecto, la humanidad siendo a punto de caer en el caos, Dios va restablecer el equilibrio en la Psique colectiva, dando en sacrificio al Mal Absoluto, criaturas que van a soportar los peores sufrimientos, compensándolas con iluminaciones, revelaciones, milagros, etc. La iglesia lo interpreta como redención de los pecados de la humanidad. Este principio de sacrificio compensatorio que tienda a restablecer el equilibrio entre las dos fuerzas opuestas, molesta, porque teniendo en cuenta la Pasión de Cristo, pone en evidencia la incompetencia de las autoridades religiosas, y el fracaso de la misma misión evangélica. 
J.K.Huysmans llama esta aritmética: ley de victimalidad. Nosotros preferimos llamarla: Ley del Sacrificio Compensatorio, LSC. Esta ley es un reequilibrio a la vez que una re-partición de influencias entre Dios y el Mal Absoluto, o sea entre las 2 Conciencias Primordiales, o sea entre las dos polaridades del mismo fenómeno divino primordial. Esta entrega especial de sufrimiento humano que hace Dios al  Mal Absoluto tiene lugar de compensación, es equivalente a una repesca pagando un rescate, o sea en 
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terminología religiosa, una Redención, lo que permite a Dios recuperar almas en estado de perdición. De la misma manera, con el sacrificio de Jesús en el año 33, Dios había liberado al humano del mal y del pecado con el fin de devolverle su libertad, o más finamente dicho, de darle el libre albedrio. Este principio de repesca con sacrificio humano no nos gusta nada, y nos obliga a darle una explicación, porque además la Biblia no explica ni porque ni como el humano puede ser la propiedad del Mal. Entre el Mal y Dios, es como si fuéramos ratas de india en un laboratorio.  Y si de hecho lo somos, comprendemos entonces todo el sentido de estos sacrificios compensatorios para satisfacer el apetito del Mal Absoluto. Siniestro. Es decir que siguiendo la ley de la mecánica metafísica, las descargas de Energía Opuesta de la A.C.P. (que la C.P. no puede impedir) van a ser desviadas (eso sí parece que la C.P. lo puede) a espaldas de un sacrificado (en nuestro caso, Liduina) con el fin de proteger y “salvar” otros humanos. Es lo que hacen los Gauchos de la Pampa cuando para hacer atravesar un río lleno de pirañas, tiran primero al agua un bovino, y mientras los pececitos se aprovechan, hacen pasar las demás reces a una distancia prudente. 
En toda la historia humana encontramos esta Ley de Sacrificio Compensatorio con el principio del Chivo Expiatorio. En el caso de Liduina, y de otros muchos, es Dios, o un ángel que toma la iniciativa, y sostiene la cabeza del sacrificado voluntario, lo consuela y lo salva, y no sacerdotes paganos iluminados y medio locos que arrancaban los corazones a pobres infortunados en lo alto de un altar en la cima de una pirámide. O sea, entre unos y otros, tres cuarto de lo mismo. 
Broma aparte, si la diferencia de forma es abismal, la causa y la finalidad son las mismas. 
Durante siglos santas y santos, martirios, sufrirán y morirán para arrancar al humano de las garras del Mal, como si el sacrificio de Jesús Cristo no hubiera sido suficiente. Pues no, no ha sido suficiente, porque en realidad el mensaje de Cristo sigue siendo molesto para el Mal Absoluto. Si Dios ha ganado una batalla, no ha ganado la guerra en contra de la plasmación de su parte negativa en las conciencias humanas, y si queremos aún más hincar los clavos de Cristo, podemos decir que el sacrificio de Nuestro 
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“supuesto” Salvador, ha servido de bien poco. 
Pero cuidado, entender el principio de la L.S.C. no quiere decir provocarla por nuestra parte. Como lo dice justamente René Girard: “La valorización de las víctimas, al mismo tiempo que manifiesta el progreso moral de las conciencias, toma la forma de una competición victimista dando paso a la amenaza de una escalada de la violencia.” 
En el mundo actual, donde los Medias están por todas partes, esta valorización de las victimas corre como una mecha de pólvora, con las consecuencias que vemos diariamente en nuestras pantallas. Los musulmanes están hoy padeciendo lo que los cristianos sufrieron hace siglos atrás. 

Esta Nota final, ha sido pensada y escrita para intentar comprender un principio teológico que nos he violento, y no es el fruto de un mero capricho intelectual sino de una justificada rebelión de cara al devenir humano que se enfrenta a Dios desde siglos. Si efectivamente tenemos razón en el desarrollo de la explicación que damos de la ley de victimalidad, como la llama Huysmans, la única salida para el ser humano será de rechazarla de su mente, y para rechazarla hay que conocerla desde un punto de vista profano, digamos desde la ciencia de la psicología, y no tragárnosla con el beneplácito de los “informadores” religiosos. Así que dejémonos de redenciones, de sacrificios y de martirios.   En el siglo 21 tienen que imperar el Conocimiento y la inteligencia, y no las supersticiones y el fanatismo que no son otra cosa que la reacción al miedo que nos coge la nuca cuando vemos la pequeña sombra en un rincón del espejo cuando retocamos nuestra “supuesta” belleza “humana”. 
Y tened en cuenta que lo que hemos hecho con la traducción de la vida de Liduina de Schiedam, santa y virgen con mucha honra, es únicamente por amor a Ella. Con lo cual no todos los caminos llevan a Roma.  Y si Vds. deciden mirarse en el espejo, un consejo, atravesarlo, como lo hicieron Liduina, Alicia, y tantos y tantos. 
Suerte a todos y un abrazo. Alea Jacta Est. 

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